
¿Cuáles son las aptitudes que debe tener un buen vendedor?
Salir a la jungla del mercado para intentar vender un producto, sortear la competencia y ser eficaces a la hora de aplicar las técnicas es todo un reto

¿Te has preguntado alguna vez cuáles son las aptitudes que debe tener un vendedor para alcanzar con éxito sus objetivos? La gestión comercial y de las ventas es primordial en cualquier empresa de productos o servicios y lo cierto es que pisar este terreno es, ante todo, complejo.
Salir a la jungla del mercado para intentar vender un producto, sortear la competencia y ser eficaces a la hora de aplicar las técnicas es todo un reto. Y para alcanzar cualquier reto hay que tener, inevitablemente, ciertas aptitudes.
Para identificar a un buen vendedor para tu empresa o mejorar en tu carrera como experto comercial debes tener claras cuáles son estas aptitudes con las que los buenos vendedores triunfan.
¿Qué son las aptitudes?
Antes de profundizar en las aptitudes que un buen vendedor debe tener, vamos a explorar este concepto. Porque… ¿sabes qué son exactamente las aptitudes? La primera acepción que encontramos en el DRAE hace alusión a la “capacidad para operar competentemente en una determinada actividad”, aunque al abundar un poco, veremos una definición que incluso nos gusta incluso más. Y es la siguiente: “Capacidad y disposición para el buen desempeño o ejercicio de un negocio, de una industria, de un arte, etc”.
Bien, encontraremos infinidad de definiciones, pero nosotros nos quedamos con que las aptitudes son las capacidades que tiene una persona para alcanzar un objetivo. En nuestro caso, el de vender un producto o servicio.
¿Puedo potenciar las aptitudes para ser un buen vendedor?
Acabamos de formular la pregunta mágica. ¿Con las aptitudes se nace o se hacen? Bueno, lo cierto es que las aptitudes pueden operar tanto en el plano físico como psicológico, de modo que algunas nos vendrán directamente condicionadas por la genética. Otras habrán encontrado en ti, en tu entorno y en tus circunstancias el ambiente óptimo para desarrollarse.
Pero, ¿es posible potenciarlas? La respuesta es sí. Muchas personas son capaces de potenciar sus aptitudes a través del trabajo, el entrenamiento y la formación. Su objetivo y el de todos los que estén dispuestos a mejorar sus aptitudes en el ámbito que sea ha de ser el de alcanzar la excelencia. Es el camino hacia el éxito.
Las aptitudes para ser un buen vendedor
Y ahora abordaremos de lleno las aptitudes que, para nosotros, debe tener un buen vendedor.
- Saber escuchar
Sabes perfectamente que en los tiempos que corren, una de las aptitudes que encajarán mejor con la perspectiva de tus futuros clientes es la de saber escuchar. Si eres capaz de escuchar qué necesitan, sabrás perfectamente qué debes ofrecerles. Y esto, sin duda, te ayudará a ser más eficaz para lograr tus ventas. Potencia esta aptitud practicando la escucha activa con todas las personas que te rodean, incluyendo familiares y amigos. Pronto te darás cuenta de que, en general, hemos perdido la buena costumbre de escuchar. ¡Debes potenciarla! - Ser perserverante
En la vida, en general, sirve de muy poco (o de nada) caer y no tratar de levantarse. A la hora de enfrentarte a un trabajo de comercial debes tener algo muy claro: no todo saldrá a la primera en absoluto. De hecho, lo más probable es que gran parte de tu trabajo consista en insistir, convencer y persistir. Tendrás muchos noes, pero sin ellos, tenlo claro: tampoco llegarán los síes. - Ser empático
Si has sabido potenciar tu capacidad para saber escuchar, seguramente estés más cerca de entrenar con más posibilidades la empatía. Si no sabes ponerte en los zapatos del cliente o lo haces de una manera forzada y poco creíble, lo más probable es que no conectes. Para conseguir todo lo contrario y tener éxito tienes que saber ser empático. Para entrenar esta aptitud, trabaja las emociones, participa en proyectos en los que puedas conocer historias distintas a las tuyas e incluso ayudar a los demás. - Confiar en sí mismo
¿Lo hacemos peor si creemos que no lo vamos a hacer bien? Radicalmente sí. Si todavía no lo conoces, quizá te interese aprender un poco acerca del efecto Galatea, que está vinculado al efecto Pigmalión. Se resume en que, cuanto más convencidos estemos de nuestra capacidad para conseguir un objetivo, más probable será que terminemos consiguiéndolo. Si de verdad crees que no podrás hacerlo, seguramente estés en lo cierto. Transforma tus pensamientos y tus creencias haciendo un listado de todos aquellos logros que has obtenido últimamente y reflexiona acerca de qué has hecho tú para conseguirlo. Probablemente te des cuenta de que eres más capaz de lo que crees.
- Dominar la comunicación
Las habilidades comunicativas lo son casi todo en nuestra sociedad. Una persona que se comunica mal tiene bajas probabilidades de conectar con los demás. Lo mismo en el ámbito comercial. Junto a tu capacidad para escuchar debe estar vinculada tu aptitud comunicativa, en muchos casos considerada habilidad. Sea como sea, además de comunicarte bien, tu actitud corporal tiene que ajustarse a cada contexto y tu capacidad para comprender debe estar trabajando al máximo nivel. - Ser ético y honesto
No estaremos diciendo nada nuevo si recordamos que, lamentablemente, la figura del comercial o del vendedor todavía es percibida muchas veces en negativo. ¿Vendedores de humo? ¿Farsantes? ¿Personajes sin escrúpulos? Romper con todos estos tópicos es, sin duda, uno de los mayores desafíos de nuestra profesión. Una buena manera de ganar el pulso es reforzando tu ética y tu honestidad: una obligación que no debería estar, en absoluto, reñida con tus objetivos comerciales. - Saber adaptarse
Los nuevos tiempos nos dan la razón cuando hablamos de la capacidad para adaptarse. Las prioridades de las personas y las empresas han cambiado, ahora más que nunca, de modo que a ti también te toca ser camaleónico. Nuestra sociedad nos exige ser animales puramente adaptativos, puesto que esta es la única forma de capear los temporales cuando llegan y seguir en la senda del éxito profesional. - Ser resiliente
No pasa nada por caerse. De la mano de la perseverancia: la resiliencia. Saber sobreponerse a las adversidades y tratar de ser lo suficientemente habilidosos como para renacer de cualquier contrariedad es fundamental para no perder en ningún momento el rumbo. Una buena manera de potenciar una aptitud tan importante como la resiliencia es practicando algún deporte. Porque no hay mejor manera de entrenar la capacidad para encajar derrotas y superarse una y otra vez.